Llevamos apenas un par de días con este calor y ya nos pide el cuerpo ensaladas a todas horas.
Depende del momento del día podemos tomarla sola o como acompañamiento de un plato principal. Si va a ser plato único, recomiendo incluir proteínas a la ensalada; en este caso, hemos añadido queso.
Sé lo que pensáis; ¡no se puede decir que se añada queso y no concretar!¡Hay infinidad!
Exacto, así que como estoy estrenando la categoría «Operación bikini», os diré que el que menos engorda es el fresco; un queso de burgos o uno mozzarela le van estupendamente. El de la foto es un semicurado sin lactosa.
Ingredientes (2 raciones)
5 hojas grandes de lechuga
30 gr de queso
7 tomates cherry
1 pepino
1/4 cebolla
Puñado de uvas pasas sultana
50 gr de maíz dulce
1 chorrito de vinagre de módena
1 chorrito de aceite
sal
Preparación
Lavando los ingredientes
Es imprescindible lavar bien todos los ingredientes que procedan de la huerta y que hayan podido estar en contacto con tierra, abono, insecticida…
Tanto la cebolla como el pepino los lavo después de pelarlos; me parece más sencillo y se evita que lloremos con la cebolla.
Cortando los ingredientes
Es imprescindible que se corten con unas dimensiones que se puedan comer sin necesidad de que el comensal tenga que cortarlos en trozos más pequeños.
Cortamos las hojas de lechuga con una anchura de un par de centímetros, los tomates por la mitad y el queso en daditos. La cebolla en rodajas finas y laminamos el pepino con la ayuda de un pelador de patatas.
Echamos el maíz y el puñado de pasas repartiéndolo por encima.
Aliñamos espolvoreando la sal, echando el chorrito de vinagre y por último el chorrito de aceite.
Ya está lista para servir. ¡Qué ganas de vitaminas!
Nota: una presentación óptima permitirá ver simultáneamente todos los ingredientes. Este tipo de ensalada me gusta servirla sin mover; para apreciar los ingredientes coloco los ingredientes de mayor a menor tamaño en la ensaladera o bol individual (primero lechuga y pepino, últimos maíz y pasas)