Ya os he mencionado la famosa «Torre de tortillas» que me enseñó mi madre, ideal cuando sois varios los comensales. Tenía muchísimas ganas de compartirla con vosotros y soy extremadamente impaciente, así que me he puesto en marcha aunque sólo fuéramos 2 para comer.
Ni que decir tiene, que esta noche repetimos cena 😉
Ingredientes (4 raciones)
6 huevos grandes
50 gr de aceite de oliva
1 cebolla (opcional)
1 calabacín
2 patatas medianas
150 gr de pimientos dulces
150 gr de acelgas
Sal
Preparación
Antes de encender el fuego
Pelamos las patatas, el calabacín y la cebolla. Lavamos los ingredientes. Cortamos en rodajas muy finas tanto las patatas como el calabacín y la cebolla. Los pimientos dulces los cortamos en cuadraditos pequeños. Troceamos un poco las acelgas.
Cocinando el relleno de la tortilla
Necesitamos una sartén por tortilla para poder cocinar varios rellenos simultáneamente. En caso contrario, no nos quedará más remedio que multiplicar por cuatro el tiempo.
Rellenos electos:
- Patatas.
- Acelgas con cebolla.
- Calabacín.
- Pimientos dulces.
Echamos el aceite con su ingrediente elegido en la sartén y lo cocinamos a fuego medio. En el caso de la segunda tortilla, la de acelgas con cebolla, he preferido hervir las acelgas y añadirlas a la sartén de la cebolla un par de minutos antes de apagar el fuego.
Los rellenos cocinados los pondremos en 4 platos hondos.
Mientras, vamos batiendo los huevos con la sal en un par de boles; tres huevos por bol. Dado que sólo erámos 2 comensales, he utilizado un huevo y medio por tortilla, aunque lo ideal es utilizar números enteros.
El contenido de cada bol lo he repartido en 2 de los platos con el relleno y he mezclado el contenido de cada plato antes de comenzar con la tortilla correspondiente.
Repetimos los últimos pasos (a partir de «cocinando la tortilla«) publicados en el post de la tradicional tortilla de patata.
El resultado de las tortillas antes del montaje es el siguiente:
Ahora sólo falta apilarlas y poner alguna salsa entre capa y capa; suelo utilizar tomate frito, pero una mayonesa seguro que tampoco va nada mal.
¡No me neguéis que queréis hincarle el diente!
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