Recuerdo un día que fui a comer a un restaurante con compañeros del trabajo y la mayoría se decantó por las legumbres. Al observar que yo no, me dijeron que me las pidiera, a lo que respondí que a mí me sentaban mal, que se me hinchaba mucho la tripa.

Uno de mis compañeros sonrió y me dijo; ¡entonces a todos nos sientan mal!¡pero merece la pena!

Aquel día no pedí legumbres. De todas las legumbres, las que más me hinchaban la tripa eran los garbanzos, pero eso ya es cosa del pasado desde que los combino un pellizco de comino. ¡Gracias por la información mamá!

Ahora los tomo hasta en ensaladas fresquitas.

Ingredientes (2 raciones)

1 bote de garbanzos en conserva (de los pequeños)

6 tomates cherry

1/2 pimiento verde

1 cebolla

1 huevo cocido

3 cucharadas de aceite de oliva

1 cucharada de vinagre de vino

1 pellizco de comino

1 pellizco de sal

1 pellizco de prejil

Preparación

Base de la ensalada

Vaciamos el bote de garbanzos en un escurridor y los lavamos bien (para que no sepan a conserva). Los ponemos en la ensaladera.

Si no tenemos garbanzos de bote, podemos dejarlos 12 horas en remojo y con un poquito de bicarbonato. Pasado este tiempo, se enjuagarán y dejaremos cocer durante 45 minutos o 10 si lo hacemos en olla exprés. Posteriormente los escurriremos.

Una vez hechos estos pasos, el resto de la receta será igual.

Lavamos y cortamos los tomates por la mitad. Los echamos en la ensaladera.

Abrimos el pimiento, quitamos las pepitas, lavamos y cortamos en cuadraditos. Los echamos en la ensaladera.

Pelamos, lavamos y cortamos la cebolla en cuadraditos. Los echamos en la ensaladera.

Pelamos y lavamos el huevo cocido (será más fácil pelarlo si todavía está un poco caliente). Si no está cocido, lo coceremos durante 10 minutos en agua hirviendo con una cucharadita de sal.

Aliño

Mezclamos en un bol con un tenedor el aceite, el vinagre, la sal y el comino.

Echamos el aliño a la base de la ensalada y servimos espolvoreando previamente un poco de perejil por encima.

Sencillamente deliciosa 😛