Ayer decidí investigar con esas bolitas de gelatina que se ven en la alta cocina, aunque con este calor no se me ocurrió otra cosa que hacerlo con el gazpacho como base y pensando, pensando, decidí hacerlas de cebolla y pimiento… el tema promete.

Ingredientes

1 cebolla

1 pimiento

1 litro de aceite de girasol (reutilizable)

2 vasos de agua

4 cucharadas de agar agar

Preparación

Primero explicaré cómo se hace con la cebolla como ingrediente principal y luego (o en paralelo) sólo habrá que repetir los pasos con el pimiento.

En primer lugar metemos el litro de aceite en un bote y en el congelador durante media hora, mientras hacemos el resto de los pasos.

Pelamos, lavamos y cortamos en trozos grandes la cebolla y los metemos en el vaso de la batidora con medio vaso de agua hasta que estén deshechos los trozos de la cebolla y tenga apariencia de batido.

Colamos el zumo obtenido y guardamos por un lado el zumo colado y por otro la pulpa.

Podremos confitar la pulpa si lo deseamos en una sartén o añadirla a cualquier guiso; la guardamos para posteriores usos.

Ponemos el zumo en un cazo a fuego alto. Por otro lado, en otro medio vaso de agua, disolvemos 2 cucharadas de agar-agar. Una vez disueltas incorporamos la mezcla al cazo. Lo llevamos a ebullición y lo dejamos hervir un mínimo de 2-3 minutos para evitar que el agar-agar sea indigesto y conserve bacterias.

Pasado este tiempo, retiramos del fuego y volcamos a un bol. Dejamos que baje la temperatura a unos 37 grados; es decir, debemos notarlo un pelín calentito, pero muy poquito. Debemos ir moviendo de vez en cuando con un tenedor.

Cogemos el bote de aceite de la nevera, quitamos la tapa y con un cuenta gotas vamos echando gotitas, poco a poco, de la mezcla del agar-agar al aceite. Esas gotitas, solidificarán casi inmediatamente.

Después de echar varias gotitas, podremos colar el aceite (para reutilizarlo después) y separarlo de las perlas.

Ya podemos añadirlas a cualquier guiso; plato o tapa.