Esta es una receta que tenía pensado hacer desde hace tiempo, pero que nunca antes había hecho. Comentándolo con mi tía me dijo que tenía la receta de mi yaya en una notita y que iba a buscarla. ¡La encontró! Liles, eres la mejor. Las he hecho y han salido riquísimas, así que voy a compartirlas con vosotros.
Ingredientes (60 rosquillas)
Piel de un limón (parte amarilla, que la blanca amarga)
4 cucharadas de aceite de girasol
8 cucharadas de leche *
4 huevos
1 kilo de harina de repostería
12 cucharadas de azúcar
2 sobres de levadura química * *(mi yaya lo hacía con un sobre y medio, pero he vaciado los dos sobres sin querer y ha quedado estupendamente)
1 vaso de anís (mi yaya lo hacía con un vaso de coñac)
1 litro de aceite de girasol (para freír las rosquillas)
1 platito de azúcar (para rebozar las rosquillas fritas)
Nota *: yo utilizo sin lactosa
Nota **: yo utilizo sin lactosa (la levadura química Royal sí tiene trazas de leche).
Preparación
En primer lugar he separado las claras de las yemas con un separador.
Las claras las he puesto en un bol con la mitad del azúcar (6 cucharadas).

Las yemas las he puesto en otro bol con las 4 cucharadas de aceite, el anís y la leche.

He batido las claras hasta que estaban casi a punto de nieve; es decir, hasta que inclinaba el bol y no se movía el contenido. Las he reservado.
En un vaso de batidora he puesto la piel lavada de un limón con las otras 6 cucharadas de azúcar y he triturado hasta que los trocitos de limón eran muy pequeños.
He incorporado el azúcar con la piel de limón a las yemas con aceite y con leche. He batido con un tenedor.
He incorporado el contenido del bol de las yemas al de las claras y he mezclado con movimientos envolventes (círculos verticales hacia el centro).

En un bol grande he echado la harina y la levadura y he mezclado bien con un tenedor.

He incorporado el contenido del bol de las claras al de la harina y he mezclado bien con un tenedor hasta que costaba un montón mover el tenedor.
En una sartén profunda he echado el litro de aceite de girasol y he subido el fuego al tope.
Sobre una encimera limpia he echado dos cucharadas de aceite de girasol y las he extendido con las manos. He volcado el bol de la masa sobre la encimera engrasada y he comenzado a amasar con las manos.
Que la masa se pegue a las manos es normal y el truco para poder hacer las rosquillas es ir echando gotitas de aceite a tus dedos de vez en cuando. Yo me he preparado un platito con un poco de aceite para hacer esto de una manera más cómoda.
En otro plato hondo he colocado azúcar para rebozar las rosquillas una vez estén fritas.
Otro plato lo he preparado con un papel absorbente de cocina, para quitar un poco el aceite de las rosquillas fritas.
Finalmente he colocado 3 rejillas para dejar enfriar las rosquillas después de rebozarlas con azúcar. He puesto papel de cocina debajo para que manchara un poco menos la encimera, pero no es imprescindible.
Tengo la masa, la sartén con el aceite caliente, el plato con aceite para los dedos, plato con azúcar para rebozar y plato con papel para absorber aceite. Es el momento de empezar a hacer rosquillas como loca e ir friéndolas. Se fríen tan rápido que parece difícil hacer las rosquillas, freírlas, escurrirlas, rebozarlas y colocarlas en la rejillas. Al final se le pilla el truco; hacer churro con las manos, juntar los extremos y tener 5 preparadas antes de echar la primera del grupo en el aceite caliente. Cuando tengamos 5 (o las que sepáis que caben como máximo) empezamos a echarlas en la sartén. Pueden pasar dos cosas; que se doren por un solo lado y que se doren sin darle la vuelta por los dos. Cuando estén flotando y se hinchen, si se han dorado por arriba las sacamos rápidamente y, si no están doradas, las volteamos. Las dejamos escurrir en el plato mientras voy haciendo otras 5 rosquillas (mojando los dedos en aceite). Las echo a la sartén y mientras rebozo las 5 anteriores en azúcar y las coloco en las rejillas. Es el momento de sacar o girar las fritas… y así reiteradamente hasta hacer las 60 rosquillas.
La cantidad de masa a utilizar en cada rosquilla es la equivalente en volumen a una nuez o castaña. Al freírlas duplicarán su tamaño.
La forma de las rosquillas puede conseguirse de dos maneras. Cogiendo la bolita de masa y agujereándola o haciendo un churro con la masa y juntando los extremos. Yo he hecho de las dos formas, aunque quedan mucho más bonitas haciendo el churro y juntando los extremos. Podéis ver la diferencia en las siguientes imágenes.


Cuando hayan enfriado podremos guardarlas en una lata o bolsa de plástico hasta su consumo.
¡Están de muerte!
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y dónde has puesto el anís de la receta? No aparece por ninguna parte
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Se echa a la vez que la leche. Ya está actualizado. Gracias por comunicar la errata.
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Riquísimas!! Gracias por compartir 😀
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Jooooo. Me las voy a perder…que pintaza. ..
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Otro día las repito 😉
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