Esta tarta la hice estas navidades con todo el cariño para Victoria, la abuela de mi pareja, que tiene más energía que nosotros juntos.
Como todas las tartas con decoración en fondant, es preferible que las figuritas las hagamos con uno o dos días de antelación por cuestiones de tiempo. Pueden guardarse perfectamente en un tupper, aunque si vamos a guardar varias en el mismo, es importante envolverlas con film transparente para que no se peguen unas con otras. Debemos tener cuidado y asegurarnos que no tendrá humedad, pues si no, se desharán. En esta ocasión, hice las rosas y las hojas, que coloqué el mismo día de sacarla a escena, ya que el fondant se deshace en contacto con agua o humedad.

La tarta lleva una base de bizcocho red velvet, almíbar de limón (compuesto únicamente por agua, azúcar y la parte amarilla de piel de un limón) y dos capas de crema pastelera.
En este caso, para hacer el bizcocho compré un preparado «Red Velvet» de Sweet Kolor que me facilitó la tarea (no lleva gluten ni lactosa).

La cobertura es de fondant blanco. Es fácil seguir el montaje de la base si seguimos estos pasos.
Tras el montaje pinté con un color plateado comestible ligeramente las rosas y hojas. El resultado ha quedado espectacular 🙂


Y ¡riquísimo!

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OMG O_O
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Qué bonita!! Si da hasta pena comérsela!!
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